¿Cómo hacer una guía de estudio para un examen?

Seguro que has oído hablar de la frase «estudia con inteligencia, no con esfuerzo». Pero, ¿te has planteado alguna vez que tal vez estás aplicando demasiado esfuerzo a tus hábitos de estudio? Sé que es difícil, pero a veces tenemos que examinar nuestros hábitos de estudio y preguntarnos si realmente nos están ayudando.

¿Estamos realmente sacando el máximo partido a nuestro dinero? Si es así, ¿cómo podemos mejorarlos? Y si no… bueno, ¿qué deberíamos hacer en su lugar? Créame, he pasado por eso.

Al igual que tú, he pasado horas delante de libros y ordenadores leyendo y memorizando información que podría haber aprendido fácilmente simplemente pasando menos tiempo con esos materiales. Para evitar volver a cometer este mismo error (o al menos minimizar su impacto), aquí tienes algunos consejos para asegurarte de que tus métodos de estudio no te hagan perder el tiempo:

Empieza por hacer tus notas

Si eres como la mayoría de los estudiantes, probablemente tus apuntes no estén en las mejores condiciones. Puede que te resulte difícil distinguir lo que está escrito en ellos, o tal vez no estén lo suficientemente bien organizados como para que puedas encontrar lo que necesitas al estudiar. Si este es el caso de tus apuntes, ¡es hora de ponerlos en orden!

Lo primero es lo primero: reúne todos tus apuntes antiguos y nuevos. Debería ser relativamente fácil encontrarlos si están dispersos en varios lugares como cuadernos y trozos de papel sueltos en varias carpetas. Una vez reunidas en una carpeta o archivador (a tu elección), ordénalas y descarta los duplicados. No queremos que estos se conviertan en un estorbo para nuestras guías de estudio.

El siguiente paso es reevaluar el grado de legibilidad de cada página para poder decidir si queremos que esas páginas formen parte de nuestra guía o no, o al menos el grado de legibilidad que podemos tolerar al leerlas durante un día de examen.

Por ejemplo, si hay áreas que son particularmente difíciles de leer debido a una mala caligrafía o a una escritura ilegible (un problema común entre los estudiantes que garabatean durante las clases), entonces estas áreas deberían reescribirse claramente en otra hoja de papel o eliminarse por completo de nuestra guía de estudio, ya que no nos servirán de nada una vez que los exámenes vuelvan a aparecer poco después de que las clases terminen para las vacaciones de verano…

Intenta hacer un examen de práctica

Una vez que hayas estudiado para tu examen, es el momento de hacer un test de práctica. Este es un paso importante porque te da una idea de lo que te van a examinar y te ayuda a asegurarte de que estás adecuadamente preparado. También puede darte una idea de cómo te desenvuelves bajo presión.

Una forma de hacerlo es hacer el mismo examen varias veces para que, cuando llegue el día del examen, te resulte familiar y cómodo.

Usa los mapas mentales

Para empezar, puedes utilizar un mapa mental para organizar tus notas. Esto te ayudará a ver el panorama general y a encontrar conexiones entre los temas.

Los mapas mentales también son una buena forma de estudiar en general, ya que son fáciles de leer y te permiten ver las conexiones entre diferentes conceptos en una sola página. Incluso puedes utilizarlos como tarjetas de memoria.

Utilizar tarjetas de memoria es buena opción

Las tarjetas de memoria son una buena forma de practicar antes de un examen. Puedes escribir la pregunta en una cara de la tarjeta y la respuesta en la otra, así:

  • Pregunta: ¿Cuál es la fórmula química del agua?
  • Respuesta: H2O

Si te equivocas en una pregunta, anótala para poder repasarla después. Si tu examen tiene un total de 50 preguntas, utiliza 50 tarjetas para practicar.

Aprende a estudiar en grupo

El estudio en grupo es útil para asegurar que todas las bases están cubiertas. Un grupo también te ayudará a consolidar lo que has aprendido en clase, para que puedas estar seguro el día del examen.

¿Qué es un buen grupo? En primer lugar, elige a personas que estén motivadas y dispuestas a trabajar duro. Asegúrate de que todos tengan su propia copia del material, para que puedan tomar notas por su cuenta y no dependan únicamente de los apuntes de los demás. También es útil que todos se turnen para tomar apuntes durante las reuniones, así nadie será responsable de recordarlo todo. Si es posible, intenta practicar juntos antes de cada reunión para que nadie sienta que va en frío (y facilitar las cosas). Y lo más importante: apóyense, anímense mutuamente y celebren las victorias, ya sean grandes o pequeñas.

Mantén tus hábitos de estudio constantes

Así que lo tienes todo organizado, pero aún tienes que estudiar. ¿Cuánto tiempo debería dedicar?

Para asegurarte de que tu estudio es consistente, intenta estudiar a la misma hora todos los días. Si es posible, hazlo durante unas dos semanas antes del examen y sigue así hasta entonces. Esto te ayudará a adquirir el hábito de estudiar con regularidad y evitará que caigas en el olvido más adelante en tus estudios (y créeme, ocurre).

Sin embargo, a la hora de la verdad, no hay una cantidad de tiempo específica que funcione mejor para todos. Tendrás diferentes horarios dependiendo de dónde vivas y del tipo de horario de trabajo que tengas fuera de la escuela o de las clases de la universidad. No importa cuánto tiempo hayamos pasado estudiando el año pasado o durante las vacaciones de verano, no significa nada si no dedicamos la misma cantidad este curso.

Vale la pena hacerlo para que lo logres

Estudiar no es lo más emocionante, pero forma parte de la vida. Para que estudiar sea más agradable y eficaz, deberías probar algunos de estos consejos.

Son formas fáciles y eficaces de mejorar tus habilidades de estudio y obtener mejores notas en tu próximo examen.

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